Por Federico Di Pasquale*

Se cumplen 57 años del asesinato del revolucionario, el médico argentino-cubano Ernesto Che Guevara. Mucha tinta ha corrido bajo su nombre y quiero intentar realizar un aporte desde otro lado, en este tiempo complejo en donde no hay mapas ni coordenadas claras para la militancia. Mucho se ha escrito sobre su tiempo en la selva boliviana, sobre su cobarde ejecución en la escuelita de La Higuera. Quiero plantear otro recorrido. ¿Cuáles son los elementos principales, los ejes, los métodos de una formación política guevarista para la militancia? Luego de años de militar, estudiar su vida y obra, puedo sintetizar, puntuar, sugerir un recorrido posible. Luego, presento una selección de citas del Che que pueden servir para ejemplificar lo dicho. Me imagino a la militancia leyendo estos párrafos, pensándose, discutiéndolos, haciéndolos propios. Es mi humilde aporte. El mismo no intenta ahorrar horas silla al lector, sino que es una entrada para que se decidan a leer la obra de un revolucionario que además era un excelente pensador, un filósofo, un poeta, un increíble narrador y cronista.   

Para el Che es fundamental lo siguiente, y a ello dedicó su vida y obra tanto escrita como su praxis revolucionaria: 

-Colectivismo: desprendimiento y entrega, conciencia de los deberes

-Humanismo: humanitarismo, amor a la humanidad

-Modestia y sencillez; honestidad

-Disciplina, organización

-Afán de superación constante: autorreflexión constante

-Intransigencia ante lo mal hecho: análisis abiertos y colectivos

¿Cómo lograr que el compromiso político y moral se eleve a un estadio superior para fundir en un mismo acto, la dirección social del comportamiento y la autodeterminación individual?

Proceso largo y complejo que culmina con la autorregulación que coincide conscientemente con los intereses colectivos. Hay que crear las bases para la autoeducación

Métodos de formación

Como dijo Guevara, deben ser nuestros propios métodos y deben ser métodos y técnicas nuevas:

-El Che escribió sobre la “persuasión”: el debate, la polémica y la confrontación de opiniones

-Resaltó el valor del ejemplo, por ejemplo, hablando a los niños y niñas o estudiantes sobre Camilo Cienfuegos o sobre José Martí

-Unir el método del ejemplo a la actividad práctica del individuo. Unir acción y convicción

-Trabajar la relación estudio-trabajo y trabajo-estudio

-Unir teoría y práctica social

-Abordar el trabajo voluntario

-Trabajar la desvinculación del/a universitario/a con la práctica social en un divorcio del pueblo con la práctica social

-Siempre tener en cuenta la edad, el grupo social y las características territoriales

-Partir de un hecho concreto, analizarlo, argumentarlo, ver las contradicciones

-Incluirse como parte del grupo humano, ser uno/a más

-Partir de la enseñanza que el propio grupo da como base de un nuevo aprendizaje

-Manifestar las contradicciones

-Unir lo racional del análisis a lo emocional

-Unir a lo objetivo, la dosis subjetiva de optimismo y voluntad

-Vincular cada suceso con su repercusión social

Citas del Che para reflexionar sobre lo anterior: 

“Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la Revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes”.

“Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad”.

“Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado”.

“Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas”.

“El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación”.

“La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia”.

“Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo”.

“El instrumento de movilización de las masas debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social”.

“En momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela”.

“En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tener el camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma”.

“El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo”.

“Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación”.

“Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte”.

“El trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado”.

“Darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará las condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía”.

“Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Muere diariamente a las ocho y más horas en que actúa como mercancía para resucitar en su creación espiritual. Pero este remedio porta los gérmenes de la misma enfermedad: es un ser solitario el que busca comunión con la naturaleza. Defiende su individualidad oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser cuya única aspiración es permanecer inmaculado. Se trata sólo de un intento de fuga”.

“No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, como mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad”.

“Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita”.

“Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción”.

“Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la revolución a su destino; el marco de los amigos responde estrictamente al marco de los compañeros de la Revolución. No hay vida fuera de ella. En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización”.

*Filósofo descamisado